(25/05/2015) El sector ferroviario en Noruega hace tiempo que llevan pidiendo una reforma ferroviaria. Entre sus preocupaciones figuran la poco clara división de responsabilidades, débiles incentivos económicos y falta de orientación al cliente. El Gobierno prevé que con la reforma podría mejorar la competencia entre modos, al tiempo que incrementaría la eficiencia y la innovación.

En virtud de las propuestas de reforma, el Estado seguiría siendo el propietario de la red ferroviaria, con un gestor de la infraestructura controlado por el Estado, a quien se concedería una licencia a largo plazo para gestionar todo el patrimonio ferroviario. El ministerio ha afirmado que su experiencia de licitar algunas actividades de mantenimiento ha sido positiva, y que sacará a concurso más tareas mediante contratos a largo plazo.

Las responsabilidades del Gobierno se agruparían en un “directorio ferroviario fuerte, controlado por el Estado, responsable de la coordinación y planificación a largo plazo”. De éste dependería el gestor de la infraestructura, y, además, se encargaría del presupuesto para el sector ferroviario en su conjunto. Asumiría el papel de planificación a largo plazo que ahora posee el gestor de la infraestructura, Jernbaneverket, y podría fusionarse con el directorio de carretera.

Mercado de mercancías liberalizado

En lo que a la explotación se refiere, el Gobierno tiene como objetivo “llevar los aspectos positivos de la competencia al sector ferroviario”. El mercado de las mercancías ya está liberalizado. En 2006, se adjudicó un contrato a una filial de NSB para gestionar los servicios de viajeros entre Oslo y Gjøvik. El Gobierno ha afirmado que esta experiencia se ha traducido en un aumento del número de viajeros transportados y en un elevado incremento de la satisfacción de los clientes.

En esta línea, el Gobierno prevé licitar entre seis y ocho contratos para gestionar los servicios regionales de viajeros. Las empresas ganadoras asumirían los riesgos de ingresos y centrarían su atención en el aumento de tráficos. Sin embargo, en los casos en que esto no sea posible, debido a mejoras de infraestructura u otros cambios en el mercado, se estudiarían otros tipos de contrato.

Los operadores públicos NSB, operadora de los servicios ferroviarios de viajeros, y Flytoget, la empresa que gestiona los servicios ferroviarios al aeropuerto de Oslo, la capital, podrían competir por los contraltos, aunque las actividades de mantenimiento y el material rodante se transferirían a otra empresa pública. El gestor de la infraestructura se haría responsable de la división de patrimonio de NSB.