El ferrocarril minero de Arditurri y la Real Compañía Asturiana de Minas (I). Los orígenes de la Real Compañía Asturiana de Minas, se remontan al año 1833, fecha en la que los empresarios españoles Joaquín María Ferrer Cafranga y Felipe Riera Rosés, junto al financiero belga Adolphe Lesoinne constituyeron Real Compañía Asturiana de Minas de Carbón, con un capital de 450.000 reales repartidos a partes iguales entre los fundadores. El propósito de la nueva sociedad era explotar diversos yacimientos de carbón mineral en el entorno de los municipios asturianos de Arnao y Santa María del Mar, cerca de Avilés así como establecer una industria siderúrgica en la zona.

 El ferrocarril minero de Arditurri y la Real Compañía Asturiana de Minas (II). A mediados del siglo XIX, se inició la explotación industrial de los recursos mineros de las Peñas de Aya, donde se establecieron dos áreas claramente diferenciadas: el Coto minero de Arditurri, al oeste del macizo de Peñas de Aya, cuyos titulares de las concesiones eran en el siglo XIX, por una parte, la Real Compañía Asturiana de Minas y, por otra, la sociedad Chávarri Hermanos; y el Grupo de Escolamendi, Miauri y minas del Este, situadas al este del macizo de Peñas de Aya. La salida del mineral extraído en estos cotos se dirigía, utilizando diversos medios de transporte, hacia Irún.

Montenegro, trenes españoles en una pequeña red ferroviaria. La construcción de las primeras líneas férreas en Montenegro tuvo lugar a comienzos del siglo XX, pero se trató de líneas de vía estrecha, aisladas entre sí. El desarrollo de la red ferroviaria montenegrina se efectuó tras la Segunda Guerra Mundial cuando se construyeron las primeras en ancho estándar. Y hasta 1977 no concluyó la línea procedente de Serbia y que llega hasta el puerto de Bar. Esta línea exigió obras de gran envergadura por discurrir por una zona muy montañosa. Cuenta con un total de 167 kilómetros y se debieron construir numerosos puentes y túneles para salvar los desniveles.