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Publicaciones:  Reseńa bibliográfica


Viajes ferroviarios de ayer, hoy y mañana, de Miguel Ángel Matute y Alfonso Marco, Historias del tren, de Juanjo Olaizola Elordi, y Arte y Ferrocarril, de Jordi Font-Agustí

Últimas entradas en los blogs: Viajes póstumos en tren: el entierro de Lenin; Como viajar en tren en Bélgica (I). El ferrocarril belga; Cuando el circo viaja en tren: el viaje ferroviario de los elefantes; Los ferrocarriles de Altos Hornos de Vizcaya, la fábrica de Sagunto (I y II); El tiempo entre costuras... vía Delicias; y Los haikús del tren de Eduardo Moga son los últimos e interesantes comentarios sobre el mundo del ferrocarril. Todos ellos pueden encontrarse en toda su extensión en www.vialibre.org


(07/02/2014) 

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Blog Viajes ferroviarios de ayer, hoy y mañana, 

de Miguel Ángel Matute y Alfonso Marco

Viajes póstumos en tren: el entierro de Lenin. El pasado 21 de enero se cumplieron noventa años del fallecimiento de Lenin. No sería el momento de su entierro donde el ferrocarril jugaría un papel importante en la vida de Lenin. Desde 1907 y especialmente durante la Primera Guerra Mundial, Lenin estuvo exiliado en Suiza, desde donde viajó en ferrocarril a distintos países europeos, pero, en abril de 1917 decidió regresar a Rusia. Para ello viajó en tren desde su exilio en Suiza hasta Petrogrado (hoy San Petersburgo) a través de Alemania, Suecia y Finlandia.

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Como viajar en tren en Bélgica (I). El ferrocarril belga. Además de la vía aérea, a Bélgica también puede accederse por vía férrea de manera cómoda. Desde España puede llegarse con relativa rapidez, con transbordo en París, utilizando los trenes de alta velocidad Renfe-SNCF, y, desde Barcelona, los TGV de SNCF desde Hendaya y Perpiñán o, también, los nocturnos clásicos (Intercités Nuit de SNCF) desde Hendaya, Cerbère y La Tour de Carol. Desde París, circulan los trenes de alta velocidad Thalys a Bruselas (1h 22m), con más de veinte servicios diarios a Bruselas además de otros a varias ciudades belgas: Amberes, Lieja, Charleroi, Gante, Brujas…

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Cuando el circo viaja en tren: el viaje ferroviario de los elefantes. A comienzos de la segunda mitad del pasado siglo, se estrenó en España una película denominada "El mayor espectáculo del mundo", producida y dirigida por Cecil B. De Mille, que contó con un reparto de lujo, y en la que se narran los avatares del mundo del circo en los Estados Unidos. Particularmente impactante es el choque de los trenes que transportaban al circo al haberse detenido uno de ellos.

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Blog Historias del tren, de Juanjo Olaizola Elordi
Los ferrocarriles de Altos Hornos de Vizcaya, la fábrica de Sagunto (I). Los orígenes de la industria siderúrgica saguntina se encuentran íntimamente ligados a la explotación de los criaderos de mineral de hierro de Ojos Negros (en el límite de las provincias de Teruel y Guadalajara) y la construcción por parte de la Compañía Minera de Sierra Menera de un ferrocarril entre las minas y el puerto de Sagunto.
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Los ferrocarriles de Altos Hornos de Vizcaya, la fábrica de Sagunto (y II). Uno de los aspectos más llamativos del heterogéneo parque de locomotoras de vapor de AHV en Sagunto es el de su procedencia, ya que, de un total de doce locomotoras, once habían sido adquiridas de segunda mano a otras empresas. Ello era debido a que, en un principio, se consideró la tracción vapor como complementaria, ya que el grueso del servicio ferroviario estaba previsto que corriera a cargo de las locomotoras eléctricas.

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Blog Arte y Ferrocarril, de Jordi Font-Agustí

El tiempo entre costuras...vía Delicias. El autor muestra la escena correspondiente al undécimo capítulo de la serie El tiempo entre costuras, una producción de Boomerang TV para Antena 3 que acabó de emitirse el mes pasado con gran éxito de audiencia. En la novela (2009) de María Dueñas en la cual se basa la serie, Sira, la protagonista, se dispone a tomar el Lusitania Express.

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Los haikús del tren de Eduardo Moga. En el año 2000, Eduardo Moga (Barcelona 1962, Premio Adonáis de Poesía 1995 ) compuso un conjunto de haikús impulsado por el trabajo de traducción que estaba realizando. Tomó como escenario el tren en el que viajaba dos veces al día. “El tren”, explica en el prólogo, “constituido casi una hora diaria en síntesis del mundo, me llenaba los ojos de imágenes. Y eran esas imágenes, y los instantes encarnados en ellas, lo que yo quería apresar en palabras: lo que el haikú quiere apresar en palabras.”

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